martes, 1 de junio de 2010

Leopold Von Ranke

Leopold von Ranke (21 de diciembre de 1795 - 23 de mayo de 1886), historiador alemán, uno de los más importantes historiadores del siglo XIX y considerado comúnmente como el padre de la historia “científica”.
Ranke nació en Wiehe, en aquel entonces del reino de Prusia, hoy Unstrut, del estado de Thuringia, Alemania. Fue educado en casa y en el Instituto de Schulpforta, mientras era niño demostró un acercamiento a las culturas clásicas, al Griego, al Latín, pero además también a la Iglesia Luterana. Ranke durante toda su vida apreció estos conocimientos. En 1814, Ranke entra a la Universidad de Leipzig, donde estudia a los Clásicos y Teología. En Leipzig, se convierte en experto de la filología y en la traducción de autores clásicos al latín.

Historiografía
Influencia de Walter Scott
Las circunstancias que le llevan a la Historia son personales. Se despierta su interés por las novelas históricas de Walter Scott, inventor de este género. Scott escribe Waverley en 1814, al final de las Guerras Napoleónicas. La historia en esta obra no es el telón de fondo, sino la protagonista. El novelista intenta recrear el pasado, reconstruyendo el conflicto entre ingleses y escoceses. Este género caló mucho y fue imitado, teniendo muchos éxitos. Ranke lee estas novelas y se queda fascinado, y se le ocurre leer cosas del pasado real, para saber si el pasado era realmente así, y descubre que es aún más fascinante.
Influencia de Niebuhr
La obra de Barthold Georg Niebuhr, 1776-1831, inspiró a Ranke, ya que fue el inventor de lo que Ranke posteriormente hizo. Llevó a cabo la reforma agraria en Prusia, ya que este país se encontraba en un sistema feudal y él lo condujo hasta una modernización, Barthold Georg Niebuhr es el encargado de realizarla, en su solución se interesa por la historia e intenta averiguar como se lleva a cabo la reforma agraria romana, para luego aplicarla a la suya y también analiza las reformas, por lo que acude a los historiadores romanos (Tito Livio) llegando a la conclusión de que este método no era fiable, por lo que acude a los documentos contemporáneos, y aplicándoles el método filológico.
Como consecuencia de este estudio escribe una historia romana, en la que lo primero que intenta es reconstruir lo que ocurrió basándose en documentos de la época, pero, aunque no era tan gran historiador como Ranke, su labor inaugura el método que Ranke va a llevar a su máximo esplendor en fechas posteriores.
Historia historicista
En el año 1824 Ranke publica Historia de los Pueblos Romanos y Germánicos (1.494-1.514). Este es el primer libro del tipo de historia historicista, y va a incluir el programa ideológico de esa nueva historia, el contenido analiza un conflicto entre la monarquía francesa y la española por los territorios de Italia, la tesis de Ranke es que Europa surge como el conflicto entre los pueblos románicos y los germánicos.
Lo importante del libro es el método, el enfoque que da al asunto. Por eso publica un apéndice donde expone sus métodos, a la vez que critica a los autores anteriores que habían escrito sobre esa historia, por ejemplo a Francesco Guicciardini, que en su Historia de Florencia hace algo que es insostenible, que es recurrir a la novela, ya que Ranke cree que hay que acudir a los documentos para saber con seguridad lo que había ocurrido (Ranke se basa para este libro en los informes de los embajadores venecianos).
Ranke obtiene un reconocimiento inmediato y es nombrado para ocupar la cátedra de la universidad de Berlín y se le considera como el gran maestro de la Historia de Alemania y servirá como punto de referencia para todo el mundo; sus obras completas abarcan 54 volúmenes y en ellas habla de la historia de Prusia, de Inglaterra y de los Papas, pero no escribe una historia universal, Ranke lleva a cabo una enseñanza partiendo del método de los seminarios, en los que adoctrina historiadores que trabajan codo con codo bajo el maestrazgo de Ranke. En esa época, para ser historiador se debe ir a Alemania.
Postulados de Ranke
No debe existir una teoría histórica, con esquemas previos que imponga sobre el pasado, como se hacía anteriormente. Ranke dice que sea el pasado el que hable, el historiador no tiene boca. Pone de manifiesto un método: el filológico, que consiste en el recurso a los documentos.
Su historia tiene un componente religioso, Ranke fue un hombre al que le interesaba la historia porque creía que era un vehículo para encontrar a Dios (consideraba que tenía una presencia en la historia a la manera cristiana, que diera sentido a ésta). Ranke cree que Dios está en los propios hechos de la historia siempre y cuando se deja hablar a la propia historia, la historia es una especie de jeroglífico divino que si se reconstruye se puede ver la presencia divina en la historia.
Obra
Ranke puso énfasis en la narración histórica, introduciendo ideas como la confianza en fuentes primarias, un énfasis en la historia narrativa y especialmente política e internacional (Aussenpolitik), y un compromiso para escribir historia "como realmente fue" (wie es eigentlich gewesen ist).
Empezando con su primer libro, la Historia de los pueblos latinos y germánicos de 1494 a 1514, Ranke hizo un uso extraordinariamente amplio de fuentes para un historiador de la época, incluyendo "memorias, diarios, cartas, las expediciones diplomáticas y de testimonios de primera mano de testigos oculares". En este sentido se apoyó en las tradiciones de Filología, pero dio énfasis a documentos mundanos en lugar de la literatura vieja y exótica.
En 1834-36 publica Historia de los Papas, un valioso estudio del Papado y sus representantes en la Edad Moderna, desde el siglo XV a la primera mitad del XIX. Considerada en extremo crítica y sustancialmente escéptica, fue contestada ampliamente desde la historiografía católica del momento, en especial por el historiador Ludwig von Pastor y su monumental "Historia de los Papas desde fines de la edad media".
En el centro de su método, Ranke no creyó en las teorías generales que pudieran cortar el tiempo y espacio. En cambio, habló de que la aproximación al tiempo histórico se hacía por fuentes primarias.
Sobre la posibilidad de leyes que dirigieran la historia, dijo no saber de ellas y que prefería quedarse con un “empirismo de tonto”.

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